La locura de Boston

Esto de correr es una locura. Tanta gente, sobre todo mi círculo de familiares y amigos, no entiende por qué corro, ni para qué, y mucho menos entienden toda esta locura de haber clasificado al Boston Marathon. Yo sé que cada cual con lo suyo y con lo que le gusta, pero quizás poniéndolo en palabras escritas, pueda explicarlo.

En el mundo de running, después de clasificar a las Olimpiadas para representar a tu país, está la maratón de Boston. Es también, después de las Olimpiadas, la más prestigiosa y antigua carrera y la única otra maratón donde quien sea que corre, se ha ganado su cupo, salvo el pequeño porcentaje de cupos para quien corre por Charity (por caridad a alguna obra social). Es decir, debes cumplir con un tiempo clasificatorio, según la categoría de tu edad, siendo la más difícil la mía, de 18-34, donde el tiempo por cumplir es 3:35:00. Como si fuese poco esto, los cupos se asignan del más rápido al más lento según categoría, así que quien corra 20 minutos o más, por debajo de su tiempo requerido, tendrá la primera opción para entrar. Los squeakers, como mejor se les conoce a quienes entran 5 minutos o menos cerca al tiempo, son los que están en un tipo de limbo, por no saber si al final hiciste el corte aun cuando clasificaste. Si, suena complicado y además algo injusto, pero es parte del camino. En otras palabras, es el único momento, donde ser más joven no te beneficia.

En todo este recorrido existen tres tipos de corredores. Está el lote MUY pequeño que fue genéticamente bendecido y es tan fácil para ellos entrar a Boston, que jamás ha sido ni será una meta. Este ser humano, que no sé si al final es realmente humano, no entiende cual es la gran cosa de ir a Boston, si él o ella clasifica todos los años, sin casi tratar. Suena raro, pero los conozco y son intimidantes. La pregunta a ellos en cada carrera es: “Ganaste?”. Como mi amiga Danielle Wagner. Para ella es tan normal esta meta de clasificar a Boston, que su meta de entrar a las Olimpiadas es como mi Boston (cero presiones Dani). Está, entonces, el otro lote, que es la gran mayoría. Gente que corre por que se trazan metas un poco más humanas, y quieren correr alguna maratón por ponerla en el “bucket list”, pero Boston no les interesa (y no los juzgo del todo) o está tan lejos, que mejor ni pensar en eso, porque es un gran sacrificio, además de toda la duda de ver si somos capaces (que eso es otra historia).  Y el tercer lote, es el lote que genéticamente, sacaron algo (unos más que otros), pero se juntaron el factor disciplina, persistencia y un buen día de carrera. Esa es mi banda.  La gente que trata de hacer dieta, pero el día de la doble tanda (cuando corres dos veces en un día) se vale comerse un pedazo de chocolate. O la que saca la cuenta a ver cuánto falta para la carrera para ver desde que día hay que dejar de tomarse las copas de vino. Los que planeamos el entrenamiento más difícil con la ida a la playa para después poder celebrarlo con un café y un buen desayuno (porque no se puede celebrar con más nada, acuérdense, se acerca la carrera). Contamos cuantos minutos y segundos exactamente tenemos, para poder clasificar a Boston. Hasta compramos PACE BANDS, unas pulseras que te pones en la muñeca, que te va diciendo a cuánto tienes que correr cada kilómetro, para que no te equivoques entre el Gel, el pace, y los nervios y hagas el tiempo necesario. Este lote es el de work hard, play hard. Somos los que el día de la carrera cruzamos la meta, con conexión directa a la cerveza para celebrar y somos los que hacemos tanta bulla por clasificar a Boston, porque seguramente seremos los más lentos ese día de abril.

Al final no importa qué tipo de corredor eres, corres la misma distancia, 42 kilómetros en 3 horas o en 6, simplemente la meta del momento es distinta, pero la final es la misma, probarte que puedes hacerlo. Así fue como clasifiqué a Boston, soñando y arriesgándome a quizá no lograrlo. Yo no sé si sea este abril o el próximo o el que sigue, pero esta loca, en algún momento no muy lejano, va a correr de Hopkinton a Boston, y cuando cruce esa meta en Boylston Street, sabré que todo gran esfuerzo, tiene su recompensa; que soy afortunada y bendecida por Dios por tener salud para hacerlo y que ese día le habré ganado a todas las excusas para no intentarlo.

 

Despues de un training largo y muy duro, cafe y desayuno =)EE51FD03-ADBD-4BEF-A7E2-41F4AC82C1F6

 

así se ven los nervios antes de carreraB8B2199F-5A31-4127-8128-8B9CFDD9B357

 

Work Hard, play hard …657E0425-6938-48B8-BE83-080DE8CD34D4 2

 

El Pace Band y la bebida de elección previo a una carrera. Sî, super divertido, lo sé.  7809D6A0-383E-43F5-B8EF-5B4DF66EC19C

 

2 Replies to “La locura de Boston”

  1. CHOMBA!! I LOVE U!!! sin duda este ha sido el ciclo de preparación que más a he disfrutado y todo gracias a ti!! tqm !!! y amo tu forma de inspirar y mover a la gente !! that’s a gift 🙂 Dani

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